Cinecrítica: “Moacir”, cuando la audacia paga con grandes momentos
Por Daniela Espejo
Cuando nadie se anima a acercarse, ahí está la osadía del cine. El arte que rompe sus límites y obra tras obra nos obliga a ver cada vez con mayor insistencia en los lugares ocultos. En este caso, Tomás Lipgot toma a un paciente del Hospital Psiquiátrico Borda de Buenos Aires, que participó en su anterior trabajo “Fortalezas” de 2010, y lo redescubre, posa sobre él una mirada diferente. Si en aquel momento la enfermedad de Moacir dos Santos no le permitía la autonomía para vivir en su propio espacio y debía permanecer internado, ahora, dos años después, ha logrado salirse, obtener una pensión y manejar su propia vida.
La sorpresa, sin embargo, no termina acá. Este migrante brasileño que lleva más de 30 años en Argentina registró antes de su internación varias de sus composiciones originales de géneros tan diversos como samba, tango, marchas de carnaval y boleros. Lipgot investiga y encuentra. Lo invita a filmar una película sobre su historia, a cambio de que él pueda grabar su disco. Moacir tiene casi 70 años y su sueño está vivo.
La edad no lo detiene, la música lo cobija, al fin llegó el momento. Al principio, tímidas intervenciones donde el protagonista va contando su historia. De a poco, va entrando en confianza y le presentan a Sergio Pángaro, quien se encargará de arreglar los temas para la grabación y ser su productor. El documental como género tiene muchos enfoques diversos. No es necesario ya cumplir con la obligada mirada a cámara del entrevistado mientras da su testimonio. Aparecen aquí escenas que lo muestran en su cotidianidad, en su modesta alegría diaria de haber logrado vivir libre del infierno del psiquiátrico.
Lipgot también aparece en cuadro, ya que aunque al principio se esconde detrás de la cámara, de repente se muestra abiertamente, conversando con Moacir. A esta altura, ya sabemos que es el director de la película que estamos viendo. Toda una posición ante el género que si bien en su forma tradicional intentaba ser un reflejo de una realidad determinada, ya hoy en día ha mutado de una manera intensa, y deviene moldeable más que a imagen y semejanza de una realidad, espejo del espíritu de quien lo realiza.
No es que Moacir no se mantenga durante todo el metraje como el principal atractivo del film, pero existe también el gesto intencional de mostrar a los responsables de su realización sin artificios. Y con esto la certeza de que la historia del músico brasileño-argentino interpela profundamente a Lipgot y a su equipo. El detrás de escena se observa en primer plano, el realizador habla con Moacir, el productor y el músico van gestando el disco ante las cámaras. Se dice y se habla de lo que se está haciendo, se provoca una autorreflexión sobre el hecho fílmico, el hecho musical y la propia curación del protagonista.
La música abre paso en Moacir otro mundo posible, el de la sanación a través del arte. Pero también hay un elemento que a los ojos de muchos podrá parecer poco relevante, pero la integración social del migrante, su amor por las dos naciones que le dan identidad, es un punto central en la narración de este film. No es efecto de una casualidad que la armonía interior del personaje se dé en la unión de géneros, de países, de lenguas. Moacir canta en español y en portugués, samba y tango, es tan brasileño como argentino. Se siente cómodo en compañía de ambas culturas, de ambos sentires. Y su carisma no tarda en develarse ante el público, su glamour es parte de una personalidad que siempre ha querido mostrar al mundo. Son muchos los seres que habitan en él, pero no queda duda al concluir la película que la estrella del espectáculo era demasiado fuerte en su interior para mantenerse oculta. Solo rasgando la superficie Lipgot logra adentrarse en ese lado oculto de Moacir que nadie se atrevía a revelar. Queda demostrado entonces que la audacia tanto para este personaje como para el cine paga con grandes momentos.
Se exhibe esta semana en la Sala Molière del IFAL, dentro de la programación de la Cineteca Nacional.
Funciones:
Martes 9 de Octubre de 2012
Sala Molière del IFAL: 18:30 hrs.
Jueves 11 de Octubre de 2012
Sala Molière del IFAL: 18:30 hrs.