Por Lorena Loeza

El Santo es sin duda uno de los más grandes ídolos de México, no solo como símbolo heroico o actor, lo es principalmente como todo un triunfador de uno de los deportes mas populares y de mayor arraigo en nuestro país, que es la lucha libre.

Las películas de El Santo, con las que muchos de nosotros crecimos, eran una extraña muestra de cine de cine clase “b” a la mexicana en un estilo difícil de definir. Ciencia ficción, acción, con elementos de horror clásico y espionaje, llevó a las películas a ser catalogadas incluso como “surrealistas” en el extranjero, aunque en México, sus realizadores ni siquiera fueran conscientes de lo que eso significaba.

El reciente desencuentro del Hijo del Santo con los organizadores del Festival Internacional del Cine de Guadalajara (FICG) y con la nieta del productor de algunos filmes controvertidos del Enmascarado de Plata, pone sobre la mesa un elemento nuevo para discutir desde otro punto de vista, la rareza de estas películas dentro del universo de la filmografía nacional: al parecer eran efectivamente tan surrealistas, que la lucha contra el mal y la perversión – además de luchas épicas- incluía sensuales escenas de cama, en donde la máscara y los colmillos no fueron nunca un obstáculo para la seducción.

El conflicto se suscita cuando el Hijo del Santo, dueño ahora de los derechos de la imagen del legendario luchador, niega el permiso para la exhibición de “El vampiro y el sexo” (R. Cardona) versión “soft porno” de “El tesoro de Drácula” ambas protagonizadas por El Santo en 1968. La cinta había sido cedida por la nieta del productor para su restauración en la filmoteca de la UNAM – costo financiado en parte por el FICG- pero al parecer sin el permiso de quien es ahora dueño de la imagen del Santo. La guerra de declaraciones entre las partes cayó en diversas contradicciones, ya que se pasó del asunto del pago de derechos, al engaño y al propósito de salvaguardar la imagen de un ídolo popular tan importante como El Enmascarado de Plata

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No es extraño que dichas películas estén  ahora en el ojo del huracán, ya que de algún modo su existencia siempre ha sido escandalosa en sí misma. Para empezar, por mucho tiempo se consideró una especie de leyenda negra, El Santo, en vida, nunca aceptó públicamente haberlas filmado. Sobre eso se dijeron muchas cosas, como que se hicieron de manera clandestina, que no se tenían permisos de proyección por una orden de gobernación, que solo se hicieron para el mercado europeo y que por eso no podían proyectarse en México,  incluso que un político de alto nivel de aquella época las había escondido porque una de sus novias de turno aparecía en la cinta. El escándalo suscitado confirma algunos de estos rumores, como el  que solamente que se hayan exhibido en el mercado europeo, pero agrega uno nuevo: el propio Santo hizo un pacto de “caballeros” con el productor para que las películas nunca fueran exhibidas y no dañar con ello su imagen.

Sin embargo, hay varias cosas que se pueden decir sobre el asunto y que van más allá de un pleito entre herederos. Por aquellos años, las principales influencias de las películas del Santo habían ya sobrepasado su época de mayor auge, me refiero al llamado cine de “clase B” y el cine de horror clásico que vio su época dorada en los años cuarenta del siglo pasado. La combinación de ambos estilos de hacer cine dio como resultado historias de horror y ciencia ficción, con bizarros efectos especiales, fórmulas probadas para ser rodadas con bajos presupuestos y estelarizadas por actores de mediano nivel. De esa fusión surgieron películas muy diversas algunas memorables por ser la plataforma de actores que después serían famosos o cintas de culto, que dada su escasa difusión se volvieron legendarias por lo amantes de los raros experimentos. Un caso así es – por ejemplo-  “Night of the Living Dead” (G. Romero, 1968), hoy considerada la madre de todo el género zombie.

Además de conjugar monstruos clásicos y ponerlos en  situaciones inverosímiles a través de historias cada vez más absurdas (como cuando  Drácula se encuentra a Frankestein, por ejemplo) la agonía del género promovió la inclusión de otros elementos que resultaran más efectivos para atraer público a las salas. Es así que escenas de desnudos y seducciones perversas encuentran en este experimento la manera perfecta de ser explotadas. Y es claro además que de todos los monstruos sobrenaturales, el vampiro es quizás el que lleva en su esencia el carácter de seductor de una manera  pervertida y fascinante, lo que cierra el asunto de manera casi perfecta.

Si bien Drácula como personaje primero literario y después fílmico, va construyendo su carácter sensual a lo largo de los años, por la época  en que se filma “El vampiro y el sexo”, ya era una vertiente explorada y una característica dentro del género  que definitivamente llegaría para quedarse.

En “Brides of Drácula”  (B. Hammer, 1960) la idea de un vampiro depredador de mujeres vía la seducción y la perversidad, se presenta como el conflicto principal de la historia. Bellas mujeres en camisones vaporosos, son las víctimas predilectas de un vampiro que espera la noche para seducirlas y corromperlas en su propia cama.

Por otra parte, el acento sensual de los engendros de lo sobrenatural es otra manera de mostrar el grado de perversión. En otra cinta norteamericana,  filmada por las épocas en que El Santo realiza todas sus películas, esta idea es trabajada de modo que la sensualidad pasa a un segundo término sin desaparecer del todo. “Los ritos satánicos de Drácula” (A. Gibson, 1974) muestra ceremonias con mujeres desnudas bañadas en sangre. Además, Drácula tiene un nutrido grupo de mujeres vampiro a su servicio, aunque triste y trágicamente sigue en busca de la reina que lo acompañará por toda la eternidad.

En este contexto, “El vampiro y el sexo” y las otras cintas filmadas por aquellos años, no resultan muy originales que digamos. Escandalosa para un México moralista y en plena redefinición de valores intergeneracionales quizá, pero no por ello demasiado sorprendente.

Además, la verdad es que en las películas que si vimos en el cine y en sus cientos de repeticiones televisivas, las mujeres lobas, extraterrestres o vampiras aparecían con grandes escotes, tangas pequeñas, y los muy famosos corpiños que modelaban senos puntiagudos y sugerentes. Y que nadie diga que no lo había notado. Era extraño y perturbador ver mujeres lobas antropófagas enfundadas algo parecido a un bikini, con pelo cubriéndoles el rostro pero no las sensuales curvas, y eso sí, sin perder el peinado de salón a pesar de aullar a la luna. Sex appeal a pesar de todo.

Además, la estrategia de  seducción hacia El Enmascarado de Plata era más que explícita y no es posible considerarla como un elemento al margen. Y sinceramente, la verdad es que en ningún caso podríamos acusar al luchador de tener mal gusto. Todas las lobas, vampiras y demás, eran mujeres hermosas de cuerpos esculturales, encabezando la lista de estas sexies mujeres las hermanas Tere y Lorena Velázquez.

El caso es que ahora, después de los dimes y diretes, las fotos publicadas en algunos diarios y los rumores que todavía siguen sin ser aclarados a profundidad, la película ya está inscrita en la dinámica del morbo y la curiosidad que hace que ahora todos querramos verla. Y es raro en todo este escándalo que a nadie le interese la opinión de las mujeres que aparecen en la película. Es más importante al parecer, resguardar la buena o mala imagen del luchador, pero no las actrices, hoy seguramente abuelas, que quizás tampoco encuentren divertido que esta película salga a la luz.

El caso es que la apuesta está hecha: Un efecto similar (aunque por razones diametralmente diferentes) al que logra que “El crimen del Padre Amaro” (C. Carrera, 2002) o “Presunto Culpable” (R. Hernández y G. Smith, 2011) se conviertan en fenómenos atípicos de taquilla, es lo que seguramente sucedería si las partes llegan a un acuerdo y la película finalmente se proyectara en salas comerciales.

Y sí, para que ocultarlo, para muchos de nosotros sería importante satisfacer nuestra curiosidad y saber por fin que fue lo que en realidad sucedió cuando El Santo desarmado y solamente con la máscara, tuvo que enfrentar a una terrorífica y sensual mujer vampiro desnuda. Y al parecer, no nos queda más que esperar.  

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