Por Manuel Cruz
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pasión. 1 Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira intensos

Minutos antes de empezar la función, mi acompañante mencionó la intención en los directores de cine por transmitir emociones. Tal es el caso con “Las razones del corazón”, la última cinta de Arturo Ripstein, y el retorno a un cine que se atreve a indagar en el lado oscuro y chistoso de la cotidianidad. Cuenta la historia de Emilia (Arcelia Ramírez) una mujer que se niega a salir de su pequeño departamento, pese a las amenazas de desalojo que recibe constantemente. Es un personaje enamorado, pero en la forma más patética (literalmente): sufriendo por un amante saxofonista que no termina de poseer (Vladimir Cruz), una hija que no puede mantener (Paola Arroyo) y un marido (Plutarco Haza) con el que sostiene una vida de miseria conjunta, donde la felicidad es cosa perdida.

Este tipo de melodrama donde todo se quiere y nada se resuelve ya es bastante común en la cultura nacional (insertar telenovela favorita aquí), pero el guión de Paz Alicia Garciadiego baila entre la línea de lo serio, lo trágico, y todo lo absurdo que existe en medio, llegando a burlarse de sus personajes antes de que la siguiente tormenta se derrumbe encima de ellos. Todo esto funciona coherentemente porque Ripstein es quizás de los pocos cineastas capaces de crear una atmósfera visceral: el horror, la risa y las lágrimas fluyen como si la historia misma penetrara en su audiencia, y al mismo tiempo, presenta un lado perverso de lo que todos dan por sentado: el humano sí es esclavo de su deseo, y bajo esta condición no existen los violines ni las lágrimas de silición, sino pura pasión literal.

En una tradición donde el romance suele estar exagerado y arreglado (una vez más, telenovela favorita aquí), “Las razones del corazón” se acerca más a la realidad y el deseo, con un conjunto de sólidas actuaciones, un guión preciso, y una dirección que no dejará mariposas, pero si algo más en el estómago…

Dirección: Arturo Ripstein.  Guion: Paz Alicia Garcíadiego.  Producción: Roberto Fiesco, Mil Nubes Cine. Coproducción: José María Morales Wanda Visión. Fotografía: Alejandro Cantú.  Montaje: Alejandro Ripstein.  Música: David Mansfield.  Intérpretes: Aracelia Ramírez, Vladimir Cruz, Plutarco Haza, Patricia Reyes Spíndola.  Formato: 35 mm,  Duración: 119 m.  País: México-España.