Por Edurne Sarriegui
Noticine.com-CorreCamara.com

Tres años después del estreno de “Skyfall” llega “Spectre”, que puede considerarse su continuación. Bajo la dirección (nuevamente) de Sam Mendes, Daniel Craig interpreta por cuarta vez al mítico James Bond en un film donde no faltan ni el peligro, ni el lujo, ni la sagacidad y valentía del agente secreto. Con un despliegue de acción digno de la saga más prolífica que haya dado el cine, esta nueva entrega nos lleva de nuevo al puro entretenimiento sin importar la verosimilitud del personaje y las situaciones. A esta altura y tras veinticuatro películas podríamos decir que la franquicia ya tiene vida propia y un universo particular en el cual se desarrolla.

Un mensaje personal del pasado lleva a Bond hasta México investigando a una siniestra organización de alcance mundial, SPECTRE. Esa línea investigativa le hará enfrentarse a su superior, M (Ralph Fiennes) ocupado en asegurar su propia supervivencia ante los avances políticos para hacer desaparecer le programa 00 y unir el MI6 (Servicio de Inteligencia) con el MI5 (Servicio de Contrainteligencia) bajo las órdenes del nuevo Centro de Seguridad Nacional.

Desafiando las órdenes recibidas, el agente 007 continuará su periplo hasta llegar a las entrañas de SPECTRE para desbaratar los planes de su jefe, el malvado Ernst Stravo Blofeld, también conocido como Franz Oberhauser e interpretado por Christoph Waltz. Como en su predecesora “Skyfall”, se repiten las menciones al pasado de James Bond que sacan a la luz una relación desconocida y estremecedora entre ambos.

La desobediencia de Bond a su jefe le deja solo frente al mal y únicamente contará con la ayuda solapada de los fieles Moneypenny (Naomie Harris) y Q (Ben Whishaw).

Como es habitual, la misión lleva al protagonista a través de diversos países y multiplicidad de escenarios. Arranca con una memorable secuencia en la capital mexicana durante la celebración del Día de los Muertos, Londres, pasa por la eterna Roma donde se cruza con una bellísima viuda interpretada por Mónica Bellucci, Austria y sus heladas cumbres y el calor abrasador del desierto marroquí.

En el camino, para encontrar el corazón de Spectre, se une a la hija de uno de los villanos, Madeleine Swann (Léa Seydoux) ya que es la que puede mostrarle el camino para llegar allí.

La puesta en escena es grandiosa, los autos fantásticos, los personajes secundarios tienen su propio peso, la acción no cesa y la seducción está muy presente. ¿Qué más le podemos pedir al más popular de los agentes encubiertos? Todos los reclamos que se le pueden hacer -como las situaciones poco creíbles y resoluciones menos viables o la reiterada línea argumental- quedan opacadas por el magnetismo del personaje que ya está incorporado al imaginario colectivo.

“007: Spectre” es un regalo de dos horas y media para los incondicionales y un recreo un tanto largo para los menos fanáticos de la saga. A fin de cuentas, ¿qué otro héroe puede estar en el detalle de mandar planchar el smoking para cenar en el tren y seducir a la chica mientras atraviesa las ardientes arenas del desierto?