En la mesa redonda Cine y movimientos sociales en
Iberoamérica,
realizada en el contexto del Primer Congreso de Cultura
Iberoamericana, los cineastas participantes destacaron la importancia de este
género en las luchas y acontecimientos políticos de los últimos 50 años y
demandaron mayores canales para la exhibición de los mismos.


En el panel estuvieron presentes la directora y guionista
mexicana Alejandra Islas, el reaizador argentino David Blaustein, el fundador
del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador, Carlos Henríquez, el
cineasta cubano Manuel Pérez Paredes y el cinedocumentalista Óscar Menéndez,
realizador de trabajos como México 68-98, Dos de octubre, aquí México y
Únete pueblo.

Menéndez  expresó que
a 40 años del 2 de octubre de 1968, no deja de sentir tristezaza que no se ha
logrado que se haga justicia. Mientras en otros países, como Argentina o Chile,
han castigado a genocidas y criminales en nuestro país no se castiga a nadie.


Asimismo, se quejó de cómo la televisión privada ha utilizado
pietaje y escenas del material fílmico de ese movimiento y señaló
principalmente a Televisa.

Alejandra Islas, destacó la importancia del cine documental
en las luchas sociales de México como ha sido en el movimiento magisterial de
Oaxaca, la lucha de los mineros de Pasta de Conchos, los movimientos
homosexuales y ecologistas, la batalla contra la pederastia, el problema de los
feminicidios, la inseguridad, el asesinato de periodistas y migrantes,
el movimiento ciudadano por la democracia y el levantamiento del Ejército
Zapatista , entre otros.


Por su parte, el centroamericano Carlos Henríquez resaltó el
papel importantísimo que jugaron los documentales en el movimiento de
liberación en El Salvador que hizo Radio Venceremos.

En tanto, el realizador cubano Manuel Pérez afirmó que tras
la formación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC),
en los años 90 aparece una generación de cineastas que se forman algunos fuera
y otros dentro del ICAIC, por las nuevas tecnologías digitales que permiten que
aparezca un cine documental independiente; que abordan la realidad y conflictos
por los que atraviesa Cuba, una realidad muy diferente a lo que se vivió en los
60.


Finalmente, el realizador argentino David Blaustein ponderó
el importante papel que ha desempeñado el cine social y documental en la
historia de los movimientos políticos y económicos en su país.