Por Leticia Carrillo


El artista canadiense Mike Hoolboom, ganador de sendos reconocimientos en festivales fílmicos como los de Oberhausen, Toronto y Locarno, presentó su más reciente película ‘Mark’ en la Ciudad de México, dentro de la Gira de Documentales Ambulante.


Correcamara.com conversó con él acerca de esta cinta hecha como una especie de lamento por la muerte de su amigo Mark Karbusicky, quien también era el editor de sus películas y activista por los derechos de los animales. Hoolboom también nos dijo lo que piensa acerca de las comparaciones que los críticos han hecho entre su obra y la de los reconocidos cineastas Derk Jarman y Pier Paolo Passolini; y nos habló de su filme llamado ‘Mexico’.


CORRECAMARA.COM: ¿Cómo estructuraste el relato de ‘Mark’?


MIKE HOOLBOOM: Mi amigo murió de manera repentina e inesperada y para tratar de responder a la pregunta de ¿por qué murió? (Mark se suicidó en 2007) hice un trabajo detectivesco. Para armar el rompecabezas que fue su vida, tuve que guiarme por esta pregunta.


CC: ¿En tu investigación encontraste algo que no esperabas o tuviste algún aprendizaje?


MH: Sí, por ejemplo me encontré con que él había filmado su muerte dos días antes de que esta ocurriera. También al entrar en contacto con sus otros amigos me di cuenta de qué tan importante era para él la cuestión de los derechos de los animales; él era un activista y habló conmigo del tema muchas veces pero fue hasta después que entendí la dimensión de este interés.


No solamente se trata de no comer carne sino la forma en que nuestra cultura está orientada industrialmente hacia la explotación de los animales: la ropa que usamos, la comida, los objetos que ocupamos.


Su punto de vista era políticamente radical porque él creía que la subjetividad de un animal es la misma que la del ser humano y pensar esto, es sumamente difícil. En cierto sentido, ser defensor de los animales es una manera muy triste de vivir porque sabes que las matanzas de estos seres ocurren todo el tiempo y no puedes hacer nada al respecto.


CC: ¿Influyó el estilo de trabajar de Mark en tus filmes para la edición de esta cinta?


MH: Sí, al estar editando siempre me preguntaba: ¿qué es lo que Mark querría? ¿qué es lo que haría? ¿qué decisión tomaría?. Creo que el acto de editar tiene que ver con la moral y con la ética, ahí te tienes que preguntar: ¿qué tanto me puedo acercar a alguien?¿qué tan lejos puedo estar de esa gente? ¿qué tanto puedo decir de ella? ¿qué tanto puedo mostrar?.


Mucha gente que dio sus testimonios para la película no se daba cuenta que estaban revelando aspectos oscuros de sí mismos, sólo sabían que se estaban desahogando. Todo el tiempo me pregunté si Mark hubiera editado esas cosas, si las hubiera guardado o las hubiera dejado como parte de la película porque son momentos realmente dramáticos que pueden funcionar bien para la obra pero aquí entra el sentido moral y ético.


CC: ¿Cómo se logra que un trabajo tan personal como ‘Mark’ trascienda fronteras y “toque” emocionalmente a personas de diversas nacionalidades?


MH: Siempre ha sido una sorpresa que algo que hice para mi y para la gente que conocía a Mark le pueda gustar a los demás. No sé, no tengo una fórmula; el único propósito que tenía con esta película es que otra gente pueda conocer a una persona que tenía una luz muy especial, que defendía muchas cosas pero no sabía como defenderse o encontrarse a sí mismo. Tal vez la gente se siente identificada porque posee algunas de las cualidades que Mark tenía pero no se ha dado cuenta de ello.


CC: Tu trabajo ha sido comparado en ciertos aspectos con el de cineastas de la talla de Derek Jarman y Pier Paolo Pasolini ¿qué piensas de esto?


MH: Es muy bueno que me comparen con ellos. Derek Jarman es muy importante para mí, conozco muy bien su trabajo, hizo muchas películas en Súper 8 y creo que una de las cosas que lo hacen especial es que desde el principio se mantuvo trabajando con cámaras pequeñas y con sus amigos. El gran poder de Jarman es que hacía grandes películas con temas de su alrededor. Passolini me parece muy interesante como creador porque su obra la hizo en basándose en su vida.


CC: Tienes un trabajo titulado ‘Mexico’. Háblanos de él:


Es México con una x, con un tache y se podría interpretar como No es México, o Fuera de México. Lo terminé en 1992, con mi amigo Steve Sanguedolce, dura 35 minutos. Es un viaje y nos cuenta la historia de una persona a la que la muerte lo está cazando; intenta escapar de su vida y así es como llega a México pero a pesar de todos estos viajes se da cuenta que no se puede librar de si mismo. Hay escenas intercaladas de Toronto y México y estando aquí piensa que qué hace tan lejos y tan cerca de la vez.


CC: Por último, desde tu perspectiva como invitado a varios festivales cinematográficos en el mundo ¿qué representa para ti Ambulante?


MH: Creo que no hay un festival en el mundo como este, es muy especial por varias razones: porque es nómada, se mueve de ciudad en ciudad; porque presenta a directores reconocidos y a otros no tanto; y porque muestra tanto documentales convencionales como otros muy inusuales y los pone en el mismo nivel. Es una forma muy generosa de presentar nuestro trabajo.


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