Por Juan Manuel Badillo
Morelia. Mich. Cientos de carteles y fotogramas de la época de oro del cine mexicano, de 1936 a 1957, se están haciendo pedazos, literalmente.
El material histórico está resguardado en las bodegas de la Filmoteca de la UNAM, la Cineteca Nacional, y en otros espacios, pero no han sido digitalizados para su preservación por falta de recursos, denunció el investigador Carlos Bonfil.
“Cuando tratamos de manipular algunos de los materiales de la Filmoteca de la UNAM, los carteles son ya tan frágiles que se despedazan, te dolía el alma moverlos”, dijo el estudioso.
“Se trata de recuperar estos materiales, evitar que se pierdan, hacer descubrimientos y luego digitalizarlos, porque el papel es un soporte muy frágil”, agregó.
El también crítico de cine, presentó en Morelia su libro ¡Hoy grandioso estreno! El cartel cinematográfico en México, en el marco del Noveno Festival Internacional de Cine de Morelia.
Faltan recursos para rescatar los carteles del cine mexicano, explicó Bonfil. “Los que dispone la UNAM no son suficientes para una empresa tan grande”.
Otro de los problemas para llevar a cabo este tipo de investigaciones, son los derechos de autor de las obras gráficas.
“Lo que hacía falta es hacer un recorrido más ambicioso, que fuera desde los inicios del cartel, desde la primera publicidad cinematográfica del cine silente”, informó.
“Existe la necesidad de recuperar la memoria histórica del cine mexicano, que no se pierda, y que sea accesible para las nuevas generaciones que ya no ven el cartel cinematográfico en los cines, para los que fue originalmente concebido”, dijo Bonfil.
“La historiografía que tenemos en México es notable, no existe en otros países, mucho de este material se encuentra para mercados de viejo y sólo para coleccionistas”, informó el investigador.
Como un ejemplo de lo anterior, el nuevo libro de Carlos Bonfil, ¡Hoy grandioso estreno! El cartel cinematográfico en México, incluye, entre otras cosas, la reproducción del primer cartel de la proyección de los hermanos Lumiere en México, que data de marzo 20 de 1898, y del cual solamente se conservan fragmentos.
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