Un amargo despertar fue lo que vivieron muchos italianos: el gran
maestro Mario Monicelli está muerto. Se suicidó ayer a las 21 horas,
saltando por una ventana de un hospital. Enfermo de un mal incurable de
próstata, había sido hospitalizado desde hace algún tiempo en el
departamento de urología de San Juan de Roma.
En poco tiempo, se unieron a una cálida despedida miles de cinéfilos a trabés de las redes sociales de Twitter y Facebook que saturaron la red con frase en honor al llamado “padre de la comedia italiana”. “Un gigante”, “nos deja un gran maestro”, “era un hombre verdadero”, “…GRAZIE para todo lo que nos has regalado, con una risas,
una otra, con el arte de saber hacer y de haber sabido mezclar,
todos esos colores que pertenecen sólo a nosotros, a nosotros que somos
«italianos”… gracias por siglos Maestro…”. Estas son solo algunas de
las fras presentes en Facebook.
En 1934 realizó su primer cortometraje, junto con su amigo Alberto Mondadori. Un año más tarde recibió con su siguiente trabajo, «I ragazzi della via Paal», un filme mudo, un premio en el Festival de Venecia. Entre 1939 y 1942 trabajó como ayudante de dirección y no sería hasta ese año cuando hizo su debut oficial con «Totó busca piso», con un estilo particularmente fluido, ya que también escribía los guiones, lo que sería una constante en casi toda su carrera. Varios de los trabajos de Monicelli son considerados obras maestras del cine italiano.
Un ejemplo de ello es «Rufufu», protagonizada por el comediante Totó, Vittorio Gassman y Marcello Mastroianni, la cual es considerada la primera obra de la «commedia all’italiana». «La grande guerra», de 1959, es considerado como su mejor trabajo y estuvo nominado a un Oscar. El filme ganó el León de Oro. La película fue aclamada por la ausencia de acentos retóricos y por su sentido tragicómico y cortante. Otros trabajos de Monicelli nominados a los Oscar fueron «Camaradas» y «La ragazza con la pistola». También tuvieron gran reconocimiento «La armada Brancaleone», «Mortadela» o «Habitación para cuatro».
Entre sus trabajos más recientes destaca «Speriamo che sia femmina» (1985), o «Parenti serpenti» (1992). Monicelli también trabajó para televisión y teatro y, en algunas ocasiones, como actor y dramaturgo.