“Hay que ir en contra de la piratería y no contra los usuarios”

Por Adriana García

Gracias al uso del Internet y los nuevos esquemas de distribución, la industria cinematográfica requiere ser respaldada por legislaciones y políticas públicas para proteger los derechos de autor, y por consiguiente la creación. Sobre estos temas se habló en el panel cuatro de las Jornadas Nuevos Modelos para la distribución del cine y el audiovisual, en el cual participaron Christoph Wagner, Javier Aragonés y Glauber Piva.

Chistoph Wagner es socio de Hogan Lovells, su trabajo se encuentra enfocado en las cuestiones reglamentarias en los medios de comunicación. Wagner comentó que las legislaciones como la ley SOPA, pueden ser contraproducentes; la idea es que el campo de juego sea equilibrado, es decir, no debe estar demasiado reglamentado porque si al cliente no se le da lo que quiere, lo va a buscar en la piratería. “Hay que ir en contra de la piratería y no contra los usuarios” aseguró.

Por su parte, Javier Aragonés, quien es socio de MENTA Abogados, propuso algunas posturas que puede tomar el Estado frente a los nuevos modelos de distribución. Aragonés recomienda potenciar la industria y hacer que se fortalezca; para ello se tienen que impulsar las nuevas tecnologías, de lo contrario, los creadores no se sentirán incentivados para crear.

Los incentivos pueden ser a través del fomento a la inversión y los fondos de estos incentivos pueden generarse de cuotas a las producciones extranjeras. También se puede apoyar durante el desarrollo de la producción, la distribución y en la amortización (en relación a la taquilla, se les puede otorgar un porcentaje).

Es importante estimular la inversión a la producción a través de estímulos fiscales, tal como so hace en México con el Artículo 226 de la Ley del Impuesto sobre la Renta que apoya la producción o postproducción de largometrajes de ficción, animación y/o documental. Sin embargo, también han aparecido nuevas formas de apoyar a las producciones como el Crowfunding.

El Crowfunding permite que cualquiera pueda ser productor de una película por medio de pequeñas aportaciones; en España el caso más conocido es “El cosmonauta”. Por una donación de 100 euros, las personas pueden convertirse en inversores y obtienen un porcentaje de los beneficios, lo anterior queda estipulado en un contrato que llega hasta la puerta de sus casas. Actualmente “El cosmonauta” cuenta con 3757 productores y 502 inversores; la idea es obtener 90 millones de euros para finalizar la producción.

Estos nuevos modelos de producción provocan que se modifique la forma de distribución ya que las películas tienen otras rutas de exhibición, por ejemplo, la película de animación “Arrugas”, ganadora de dos premios Goya, estaba en streaming (sin descarga) a sólo seis semanas de haber sido estrenada en salas comerciales. Otro caso similar fue “La piel que habito” de Almodóvar; dos meses después de su estreno estaba por satélite y un mes después en streaming.  Por lo anterior, para Aragonés es muy importante estudiar quién o quiénes tendrán los derechos de una película, para que pueda ser susceptible de ser vista en éstas nuevas plataformas digitales.  

Por último, para Glauber Piva, director de la Agencia Nacional de Cine de Brasil (ANICINE) comentó que es importante que se fomente la actividad cinematográfica y ésta puede ser de dos formas: directamente (a través de premios o apoyos) e indirectamente (estímulos fiscales).  En Brasil existe un premio por desempeño comercial de las películas nacionales a los productores, distribuidores y exhibidores
Para Glauver Piva los desafíos que enfrenta la industria cinematográfica en su país son claros: se requiere incrementar producción nacional, elegir calidad y equilibrar otras plataformas de exhibición; para ello será necesario hacer una fuerte inversión en la distribución, en la creación y digitalización de salas; y finalmente es indispensable la creación de políticas de fomento a la producción.

“Los nuevos modelos de producción provocan que se modifique la forma de distribución”