La calle, el aula y la pantalla.

Capítulo 2: El mexicano

Redacción

El cine mexicano construyó una forma de identidad nacional en la
llamada época de oro, una estampa que definió un modo de ser y una idea
de lo que era nuestra sociedad en el extranjero ¿es ésta imagen creada
por el cine una aproximación certera? Sí así fuera ¿Prevalece dicha
concepción, o se han ido transformando estas ideas?

En el segundo
capítulo de “La calle, el aula y la pantalla”, a transmitirse este
jueves 6 de diciembre por el canal 30.1 de OPMA, el público dialoga en
torno a las características que construyen socialmente al “mexicano”;
opiniones y sentimientos suceden a la par de una selección de películas
que van de “Pueblerina” y “Salón México” de Emilio Indio Fernández
(quien solía crear sólidas alegorías nacionalistas en la pantalla), a
visiones actuales como “Y tú mamá también” de Alfonso Cuarón o “El
violín” de Francisco Vargas. La serie es una idea original de Omar Chanona, con la coordinación general de Hugo Lara, la realización de Alfonso Zárate, el guión de Ulises Pérez Mancilla y la producción de CorreCamara

El cine nacional le dio una
inconfundible proyección al mexicano alrededor  del mundo, construyendo
una particular identidad a través de sus charros (¡Jorge Negrete!), su
música, su lenguaje y sus historias. Una mexicanidad que con el paso de
los años, se fue transformando y adaptando a nuevos tiempos y diversas
modas, a otras realidades.

El nacionalismo posterior a la
Revolución Mexicana, fue un tema que dominó en el cine por muchas
décadas. Al menos, hasta que la realidad hizo que los cineastas se
rebelaran contra la visión oficialista de unidad y progreso. ¿Cómo se ha
representado la esencia de “lo mexicano” en el cine nacional? ¿Somos lo
que las películas dicen de nosotros, o los cineastas toman lo que,
según su época, dicta la moral, los principios y las demandas sociales?

A
veces como mito, a veces como realidad, el cine es también una ventana
más para generar una idea de lo que somos, para reconocernos o negarnos.
En “El laberinto de la Soledad”, Octavio Paz se aproximó a la esencia
del individuo mexicano: seres sociales construidos por arraigadas
tradiciones. El mexicano de singularidad histórica, que se inventa y se
reinventa. Estampas de nosotros mismos en constante evolución. Esencias
que sin embargo, permanecen y se transforman a la par que los grandes
cambios. Idealmente, siempre en búsqueda eterna de una armonía.

Nota:
“La calle, el aula y la pantalla”, es una producción de Correcamara
para el Canal 30 OPMA que se transmite por esta misma señal todos los
jueves a las 11:30 y 17:30, con repetición los sábados a las 19:00 y a
la 1:00. Esta semana no se pierdan el capítulo dos.

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