Por Alexis Ruiz
 
Hace unas semanas correcamara.com.mx difundió la noticia acerca del rescate por parte de la Filmoteca de la UNAM de la película Muchachas de Uniforme (1950), de Alfredo B. Crevenna, un filme censurado porque tocó tabúes sobre el lesbianismo y la sexualidad femenina de los años cincuentas en México. 


“La película se ganó su restauración”, explica a Correcamara.com Francisco Gaytán Fernández, subdirector de la Filmoteca, curador y responsable del acervo cinematográfico, “pues se pretendía hacer un ciclo de las diversas versiones de la pieza teatral y se encontró que la copia mexicana estaba afectada”.


Esto debido a que al paso del tiempo, la composición química pierde propiedades, y las películas filmadas en nitrato de celulosa no son la excepción, “estaban afectados varios rollos de imagen y sonido”, se buscaron materiales alternativos, y “el Filmmuseum de Berlín ofreció una copia del filme mexicano subtitulado en alemán, y un duplicado de su versión original”.


La conexión alemana


<>Manuela, joven de origen extranjero, pobre y huérfana, ingresa a un internado religioso <>para señoritas de regia disciplina; al tiempo empieza a experimentar, sin poder explicárselo, una sensación afectiva hacia Leticia, su maestra de Literatura. Tras el señalamiento de las demás y la conciencia de culpa y pecado, la joven termina suicidándose.


Tal es el argumento de la cinta Muchachas de uniforme, de Alfredo B. Crevenna, que en su estreno en 1950 sólo duró dos semanas en cartelera.


<>La cinta, que contó en los roles estelares con la presencia de Marga López, como la comprensiva maestra Leticia; Irasema Dillián, como Manuela, y Rosaura Revueltas como la rígida madre superiora, desapareció prácticamente de las carteleras y llegó a ser exhibida con fragmentos cortados.


Hoy puede ser apreciada, en copia restaurada, por cinéfilos, críticos, historiadores e investigadores de las relaciones de género, y demás público interesado.


<>La restauración se llevó a cabo con motivo del 48 aniversario del acervo cinematográfico más importante de América Latina, la Filmoteca de la UNAM, y fue presentada en función especial el pasado 3 de julio en la sala José Revueltas.


De la cinta Muchachas de uniforme existen diferentes versiones, y está basada en la obra Ritter Nerestan (Caballero Nerestan) escrita en Alemania en 1930 por Christa Winsloe. En pleno ascenso del fascismo toca los temas del lesbianismo y el autoritarismo; al año siguiente es llevada al cine por Leontine Sagan, con el título Mädchen in uniform, añadiendo la crítica a la rigidez militar; por lo tanto, a la llegada de Hitler al poder, el director y las actrices Dorotea Wieck (la alumna) y Herta Thiele (la maestra) abandonan el país.


<><>La versión mexicana, aunque omite el pasaje histórico de la Alemania de Weimar (el ascenso del fascismo) y no ubica un contexto concreto, un equivalente mexicano, sí logra llevar a cabo de manera sutil y justificada la atracción de la adolescente hacia su benevolente maestra.


No obstante el enamoramiento de una alumna hacia su instructora en un colegio religioso de señoritas, hoy puede sonar común o ingenuo, pero hace 58 años era un tema provocativo para la sociedad mexicana, lo que explica por qué en decenios no se había proyectado o se exhibía de forma incompleta.


Tolerancia cero


<> Cabe añadir que dicha relación está enmarcada en la confrontación entre las propuestas tolerantes y libertarias de Leticia (Marga López) contra la rigidez académica de la madre superiora (Rosaura Revueltas, misma actriz que paradójicamente sería vetada en Estados Unidos durante la cacería anticomunista del macarthismo).


Sin embargo, un elemento más del filme mexicano es que el enclaustramiento, además de adverso, no puede contener el crecimiento, desarrollo y cambio físico y psicológico de las alumnas que naturalmente tiene que buscar válvulas de escape.


<>Dicho problema se presenta cuatro o cinco años antes de la aparición en México de los rebeldes sin causa. Mas allá, es un filme que narra correctamente la inclinación filial de Manuela (Irasema Dillián, actriz nacida en Río de Janeiro, de familia polaca y cuyo verdadero apellido era Warschanlonska) hacia la única persona que la comprende, enseña, ayuda y protege; no sin la dosis melodramática correspondiente a los cánones de la época de oro del cine mexicano.


El director


<>La carrera cinematográfica de Alfredo B. Crevenna (Frankfurt, Alemania, 1914-México, 1996) no brilló especialmente entre los directores que cubrieron la llamada época de oro y las etapas subsiguientes, pero destaca porque dirigió más de 130 largometrajes en México, desarrollando todo tipo de géneros, muchos de ellos de corte popular y de bajo presupuesto.


Así, obtuvo algunos éxitos comerciales como Quinceañera, de 1958; Gutierritos, 1959; Teresa, 1960; Santo contra la invasión de los marcianos, de 1966, y otros filmes como La muñecas del King Kong, de 1978; Cinco nacos asaltan Las Vegas, de 1986, y El garañón y los albureros, de 1988.


<>Empero, logró cierto renombre como argumentista, adaptador de cintas como la Noche de los mayas, dirigida por Chano Urueta en 1939, y Ni sangre ni arena, estelarizada por Cantinflas y dirigida por Alejandro Galindo en 1941.


Como director logró alguna notoriedad por La rebelión de los colgados, basada en la novela de Bruno Traven y protagonizada por Pedro Armendáriz y Víctor Junco en 1954, y ser el primero en intentar llevar a la pantalla el universo de Juan Rulfo con el filme Talpa, de 1951, y por supuesto la cinta Muchachas de uniforme.


<>El cineasta integró en general una obra modesta, en cuyas crestas se aprecia su intento por llevar experimentos a la pantalla grande, no siempre con buenos resultados; con el oficio de un artesano que intentó proponer temáticas.


Ahora con la rehabilitación de la película, el público puede apreciar uno de los aciertos de su carrera y recordar que Crevenna abandonó Alemania al ascenso de régimen nazi y optó por la nacionalidad mexicana en 1941.


<>Ficha técnica
Muchachas de uniforme, 1950, producciones Fama, Rodolfo Lowentahl; jefe de producción: Fidel Pizarro; dirección: Alfredo B. Crevenna; asistente: Mario Llorca; argumento: Sobre la pieza de Chista Winsloe; adaptación: Egon Eis y Edmundo Báez; fotografía: Ignacio Torres; música: Raúl Lavista; sonido: Nicolás de la Rosa; escenografía: Edgar Fitzgerald; maquillaje: Felisa Ladrón de Guevara; edición: Rafael Portillo; intérpretes: Irasema Dillián (Manuela), Marga López (Leticia), Alicia Caro (Claudia), Rosaura Revueltas (Concepción), María Douglas (mére Joséphine), Patricia Morán (María Teresa), Anabelle Gutiérrez (Lupe Rodríguez), Alicia Rodríguez (Blanca), Magda Guzmán (madre Catalina), Lupe Carriles.


Se filmó a partir del 9 de noviembre de 1950 en los Estudios Tepeyac, y se estrenó el 31 de mayo de 1951 en el cine México.


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