Noticine | Correcamara.com

Empieza la Mostra veneciana su segunda semana, este lunes, dando la espalda a Hollywood y sus estrellas que animaron pasadas jornadas. En la de hoy, los que mandan son los directores, dos bien conocidos en el calendario de festivales, el francés Olivier Assayas, que regresa a cuestiones más íntimas y personales tras su magno fresco sobre “Carlos”, en “Apres mai” (Después de mayo), y el japonés Takeshi Kitano, quien da más de lo mismo con “Autoreiji: Biyondo / Outrage beyond”, secuela de su previa “Outrage”, con más yakuza, más violencia y más sangre.

Confesa cinta autobiográfica, “Apres mai” es un film coral sobre el post mayo del 68, dedicado a los que fueron adolescentes en los primeros años 70, que su realizador y guionista considera “un momento extraordinario de libertad”. Assayas cree que en ese momento histórico, el de su propia juventud, a diferencia del actual “había cierta fe en el futuro, en la posibilidad de transformar la sociedad”.

“En realidad -sentencia el cineasta parisino con una mezcla de ironía y amargura- en efecto la sociedad se ha transformado, pero no exactamente en el sentido en el que los personajes lo esperaban. El hecho es que hoy en día ya ha desaparecido la posibilidad de cambiar el futuro en un sentido positivo”.

Para conformar su elenco de estudiantes, Assayas explica que recurrió a jóvenes de la calle, elegidos “más por su personalidad que por ser actores”.

El realizador, aplaudido tras el pase de la película en la carrera por el León de Oro, tiene la habilidad de retratar esa época, la de su propia adolescencia, como un momento muy politizado, en la que las teorías y la lucha política colectiva se confrontan al universo personal, y lo hace con sensibilidad y ternura.

Todo lo contrario -y no esperábamos otra cosa- es la propuesta de Takeshi Kitano, quien ha confesado que le gustaría hacer películas “más artísticas” pero lo que pide el mercado (o sea el público) es lo que les da: violencia y acción. En su secuela de “Outrage” (ya trabaja en la tercera parte) regresa al particular mundo de la yakuza, la mafia japonesa contemporánea, en la que el viejo sentido del honor y las reglas han sido sustituidos por la furia y la ambición ciegas, la lucha por el poder y el todo vale.

De nuevo protagonista de la cinta, amén de guionista, director y montador, Kitano explica que “Los yakuzas en el japón son una forma diferente de mafia que la italiana, pero en el fondo es lo mismo”. Matiza el cineasta -único de los concursantes este año que ya tiene en casa un dorado León, por “Hana-bi. Flores de fuego” (1997)- que aunque el espectador pueda pensar que su película, en la que dos familias mafiosas pugnan por el poder, es muy violenta, “hay escenas que lo son aún más y quisiera hacer, pero tengo que “cortarme” un poco, porque si hago demasiadas me quedaría sin público”. El japonés reflexiona en voz alta sobre el asunto y concluye que “es curioso como la gente reacciona con diversión ante este tipo de escenas violentas”.

“Outrage beyond” no ha tenido una acogida demasiado calurosa, y el gran número de personajes, casi en un 100% masculinos, complica y satura la visión del espectador.

Tampoco la ha tenido “Leones”, debut de la argentina Jazmín López, un film -presentado en el apartado paralelo Orizzonti- más próximo al experimento visual o al documental que al cine de ficción, en el que un grupo de jóvenes deambulan por un bosque sin tener conciencia de ser fantasmas.