“Shut up little man!”, documental sobre lo que es arte y el copyright/copyleft

Por Yossa Guzmán

El sábado pasado fue la última jornada del festival Distrital de este año. Entre lo que se programó se encuentra “Shut up little man! An audio missadventure” (2011) del australiano Matthew Bate, un buen referente para entender la cultura underground. Cuenta la historia de dos chicos que, cansados de las peleas de sus borrachos y extravagantes vecinos —Ray y Peter— deciden grabar sus discusiones en los ahora casi desaparecidos casettes para después compartirlos con sus amigos, formando una cadena viral de las conversaciones sarcásticas, violentas y también llenas de un humor involuntario, logrando convertirlos en estrellas del submundo estadounidense.

Pero esta película no solo cuenta esta historia, también habla de los ahora llamados “memes” y del esparcimiento de información en una época en la que no existía Youtube, ni “el me gusta” de Facebook, de los derechos de autor, del reciclaje en la creación artística, de la extraña fascinación de las personas por eventos privados pero sobre todo, habla de las relaciones humanas y del espejo que logran esas relaciones incomprensibles para el exterior en el mundo íntimo de las personas.

Un muy buen documental dentro de esas películas que tratan de explicar el sentido de lo que es arte y lo que significa el copyright/copyleft, del tipo “Exit through the gift shop”  de Bansky o “RIP! A Remix Manifesto” de Brett Gaylor con todos los dilemas que esto acarrea.

Como último documental de la jornada tuvimos la aclamada y muy disfrutable película “Anton Corbjin Inside out”


Por otra parte, Andrés Duque, venezolano radicado desde hace tres años en España, presenta su “Ensayo final para utopía” (2012) un demasiado personal documental que, como él nos previene desde el inicio: requiere de la concentración del espectador pues es un documental exigente, no tan amable. Su intención es desterriorizar las imágenes, quitarle referentes para que lo sensorial cinematográfico lleno de momentos psíquicos inunden la pantalla.

Duque resume: mi película habla sobre la danza y la muerte. Donde lo utópico proviene de la energía del baile y la muerte proviene de su propio duelo por tratar de superar  la muerte de su padre.

Y es así que comienza la película, oscilando entre imágenes de la independencia de Mozambique, bailes y el desarrollo de la enfermedad de su padre hasta su muerte lleno de silencios no incómodos, pues llevan un ritmo propiciado quizá por los numerosos bailarines mozambiqueños, nos adentramos en su mundo personal y onírico.

Al finalizar, no esperó a que el publico hiciera preguntas, por el contrario y me imagino el saber que su película puede resultar difícil, comenzó a explicar su proceso creativo como si fuera un curador de arte contemporáneo:

“ – Grabo intuitivamente sin tener algo fijo en la mente, siempre cargo con una cámara y voy formando un archivo de imágenes, llevo ocho años grabando como si quisiera formar una antología de mi mente: un archivo de mi memoria. De hecho cuando grabé sin querer a un perro en la playa lamiendo un círculo blanco fue el detonante que me orilló a grabar ésta película- para posteriormente “hacer magia en el montaje” que es de lo que trata supongo,  en esencia, su cine.

Se nota que piensa mucho como ir acomodando sus archivos digitales y fílmicos, muy recomendable para acercarse a una persona interesada sobre todo en el lenguaje cinematográfico y en los sensorial que este acomodamiento de imágenes puede detonar en el espectador. Hay que revisar sus películas anteriores, algunas se pueden ver en su sitio web: http://www.andresduque.com/andresduque.html

Como último documental de la jornada tuvimos la aclamada y muy disfrutable película “Anton Corbjin Inside out” de Klaartje Quirijns lleno de música, fotografías y sesiones en el diván del aclamado fotógrafo de músicos y también cineasta: Anton Corbjin.

Por medio de caminatas, entrevistas a músicos ya consagrados como Bono, Lou reed, Metallica, Arcade Fire, familiares de Corbjin y el propio Corbjin nos acercamos a la psique de un fotógrafo ensimismado, solitario, divertido y  extremadamente trabajador y perfeccionista, acompañado de la música de Joy divison, Nirvana, Arcade Fire, U2, Depeche Mode, nos dejamos llevar por su trabajo. Si te gusta la música, la fotografía y los conciertos este documental es indispensable, un instantáneo objeto de culto propicio también para atraer a un público festivalero. Ese día  se agotaron los boletos, como me imagino ocurrió en todas sus funciones.

Y así llega a su fin esta tercera edición de Distrital, presentando  nuevas propuestas de cineastas jóvenes mexicanos -Pablo Chavarría, Iván Lowenberg – así como internacionales- la canadiense Anne Emond y la francesa Helena Klotz –.

Las nuevas películas de directores con cierta trayectoria en el cine y su muy particular estilo – Andrés Duque, Marco Bechis, Khavn de la Cruz, Raya Martin- y sobre todo la sección cuadrante con esos documentales sobre música que siempre se agradecen en un festival de cine. A esperar con ansias la cuarta edición.