CINE MEXICANO, S.A.
* El documental de Contreras y Craviotto cerró el Festival Internacional de Ciudad de la México
Por Juan Manuel Badillo
Café Tacuba: seguir siendo pinta para ser la película icono de la banda mexicana más importante de todos los tiempo.
Es el Let it be del rock en español. El tiempo le dará la razón.
Los tres mil asistentes reunidos el domingo por la noche para ver una película que la mayoría ya había visto dos o tres veces, y verlos emocionarse como si hubiera sido la primera, lo demuestran.
Con la proyección al aire libre del documental de Ernesto Contreras y Juan Manuel Craviotto, concluyeron este domingo las actividades del primer Festival Internacional de Cine de Ciudad de México.
“Lo que tiene de interesante Café Tacuba es que son vigentes, siguen ahí, y hoy (con la proyección) en el Zócalo te das cuenta de que la banda es muy querida”, dijo Craviotto.
La película recoge imágenes de la banda de rock, desde sus inicios hasta su más reciente gira por Japón.
“A mi me parece que es un privilegio tener una proyección en el Zócalo, me parece alucinante”, dijo Ernesto Contreras.
Luego de su estreno en México el año pasado, la película seguirá viajando por un par más de festivales internacionales y al mismo tiempo preparan el estreno en países de Centro y Sudamérica, informaron sus realizadores.
Misión cumplida: organizadores
La primera edición del Festival Internacional de Cine de Ciudad de México se llevó a cabo del pasado 4 de febrero y durante 10 días, se proyectaron 130 películas de 45 países, siendo la cinematografía cubana la invitada de honor.
“Creo que lo logrado por el Festival en esta primera edición es importante, esperemos que continúe y que sea el primero de muchas ediciones”, declaró el director de Párpados azules.
El premio Alas de la Ciudad a la mejor película extranjera, dotado con 100 mil pesos, fue para la italiana La boca del lobo, de Pietro Marcello, y en la categoría de Mejor Película Mexicana la ganadora fue A tiro de piedra, de Sebastián Hiriart, dotado con 200 mil pesos.
Previamente, el cineasta y escritor mexicano Guillermo Arriaga recibió las Alas de la Ciudad por su trayectoria.
La mayoría de las películas programadas en el FICCM se proyectaron en espacios públicos y de forma gratuita.
Sólo a las funciones en el Zócalo de ciudad de México asistieron cerca de 1 mil 500 espectadores por día, siendo la película sobre el grupo Café Tacuba y el documental sobre el director de orquesta venezolano, Gustavo Dudamel, Dudamel. Let the children play, de Alberto Arvelo las proyecciones más concurridas.
“El festival fue todo un éxito”, dijo Fernando Uriegas, director de la comisión de filmaciones de Ciudad de México y uno de principales organizador del festival.
Dar continuidad, la demanda
Para ser la primera vez no estuvo mal. Pero falta afinar algunos detalles.
En la primera edición del FICCM faltó organización, que la información entre los medios y el festival fluyera de mejor manera, no se llenaron salas y fuera del Zócalo capitalino, algunas plazas y sitios de exhibición lucieron tristes y vacías.
Lo más importante. Falta también que se legisle y se aseguren los presupuestos para asegurar la continuidad del festival, porque de no ser así el proyecto no pasará de ser una estrategia de la campaña con miras a la presidencia del ahora jefe del gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.
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