Por Jean-Pierre Garcia
En exclusiva desde Cannes
Por primera vez en su brillante trayectoria, la joven actriz y directora de origen tunecino entra en la competición internacional en Cannes con “La Petite Dernière” (La hija pequeña). . A lo largo de la película, se muestra muy cercana a su actriz principal, Nadia Melliti, lo que da un carácter muy fuerte a la emancipación de una joven musulmana y lesbiana.
La película, adaptada de la novela homónima de Fatima Daas, nos introduce en un momento clave de la vida de Fatima, la joven de 17 años: acaba de decidir ser lesbiana y explora este universo femenino.
Fatima vive con su familia en un edificio popular de los suburbios de París. Padre y madre ofrecen un hogar cariñoso a Fatima y sus dos hermanas. Estas personas humildes están muy orgullosas de sus hijas, y de Fatima en especial, pues ingresa a la universidad y conquista el Bachiller. Con mucha sutileza, Hafsia Herzi nos lleva de su mundo tradicionalista y religioso al nuevo mundo que ha elegido: el amor entre mujeres. Paso a paso, Fatima descubre un mundo rico y muy diverso, con mucha ternura y, a veces, con mucha crueldad. Nada resulta estereotipado en esta obra fílmica muy madura, ya sea en lo que respecta a la familia tradicional como a la familia nueva y elegida.
Fatima estudia con mucha seriedad y juega al fútbol. Es deportista y construye su vida en una simbiosis perfecta, tratando de alcanzar todos sus deseos. Aun si hay momentos difíciles y amores imposibles, Fatima no se atreve a decirle a su mamá por qué está triste, por qué llora. Se imagina que su madre odia a los homosexuales, hombres o mujeres. Enfrentarse a la homofobia de su madre es inútil e imposible.
La belleza de esta película ofrece a las personas homosexuales un modelo cálido y acogedor, pero también plantea ciertas preguntas suspendidas en el tiempo. La película termina, porque… ¡mañana es otro día!