Por Hugo Lara
  

“Miss Bala”, la más reciente película de Gerardo Naranjo (Drama/Mex, Voy a explotar) es un relato crudo y directo que retrata la situación de pánico, terror y desconcierto que se vive actualmente en México en el contexto de la guerra contra el narcotráfico. Presentada en el Festival de Cannes y próximamente en Toronto, San Sebastián, Tokio y Los Ángeles, el filme está basado en un guión del propio director y de Mauricio Katz, a partir de una nota periodística que los inspiró.
  

Ambientada en Tijuana, el filme está centrado en Laura (Stephanie Sigman), una joven de origen proletario que aspira a ganar el concurso de belleza de Baja California. En un momento dado, su destino se cruza con el de un poderoso narcotraficante (Noé Hernández), quien ofrece ayudarla a conseguir lo que desea a cambio de que ella le corresponda con favores sexuales y otros “encargos”. A lo largo de seis días, la vida de Laura se transforma, en medio de su confusión y una espiral de violencia que la convierte en rehén del narcotraficante.
  

“Miss Bala” es una inteligente metáfora sobre la situación que vive México actualmente, pues bien podría verse al personaje que encarna Stephanie Sigman en la representación de la patria o de la sociedad civil, una joven ingenua mancillada, vejada o maltratada, mientras intenta reaccionar a la confusión sin saber exactamente qué pasa. También resulta llamativo el personaje del narcotraficante que interpreta Noé Hernández, como un hombre de origen rural que podría ser campesino o camionero, violento y astuto, un paisano que ha escalado socialmente y se ha hecho de relaciones influyentes, gracias a la alternativa del narcotráfico, pues de otro modo no podría hacerlo. En este retrato de Naranjo, héroes y villanos se confunden constantemente, militares o narcotraficantes se muestran como conspiradores y cómplices, socios del mismo negocio.
  

Además de los combates callejeros entre delincuentes y policías —algunos muy logrados, por cierto— Naranjo tiene el acierto de encontrar momentos que resaltan las paradojas de ese entorno de locura, como la secuencia donde los soldados reposan viendo televisión mientras escuchan el Ave María o aquella del concurso de belleza, grotesca y absurda. En suma, el director propone observar una sociedad decadente y podrida, donde impera la corrupción y la impunidad, no sólo en las instituciones públicas como el Ejército, sino también en las instancias civiles o en corporaciones como la televisión o hasta en los concursos de belleza, donde se le ponen sonrisas y se le abren puertas al poder del dinero, sea producto de la corrupción o del crimen.
  

Tal vez lo que podría reprochársele al filme —realizado con estupendo ritmo, gracias a la edición del mismo Naranjo, la fotografía de Matías Erdély y una banda sonora sugerente y efectiva— es el punto de vista favorable al policía estadounidense de la DEA, que parece el único honesto de todo el relato, cuando es bien sabido que los intereses de Estados Unidos en la guerra contra el narco también están salpicados de corrupción.
  

Doloroso y cruel relato de la situación mexicana, “Miss Bala” es un filme oportuno para reflexionar sobre ello y promover soluciones de fondo entre la sociedad civil que se identifica con el personaje principal, asombrado y lastimado. No es Alicia en el País de las Maravillas, sino Miss Bala en el país de los simios.
  

MISS BALA
  

Dir: Gerardo Naranjo. País: México Año: 2011. Guión: Mauricio Katz y Gerardo Naranjo.. Fotografía en C.: Matías Erdély. Música: Emilio Kauderer. . Edición: Gerardo Naranjo. Con: Stephanie Sigman (Laura Guerrero), Irene Azuela (Jessica Berlanga) Miguel Couturier (General Salomón Duarte). Prod: Canana Films, Pablo Cruz. Duración: 113 mins.

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.