Por Nelson Carro*

En realidad, el cine nunca fue silente. Si bien en cierto que las dificultades de sonorizar las películas no fueron resueltas, de manera que conformara a la gran industria, hasta la segunda mitad de los años veinte, en las tres décadas anteriores el problema se había solucionado mediante la utilización de música en vivo. Grandes orquestas de más de medio centenar de músicos acompañaban las exhibiciones en los grandes palacios estadunidenses, conjuntos más reducidos en las salas medianas o un solitario pianista en los cines más populares. Las películas nunca se habían experimentado como un espectáculo sin sonido. Sin embargo, lo que sí le faltaba al cine era la palabra, que en no pocas ocasiones se resolvía utilizando un narrador en la sala (esta técnica fue especialmente popular en Japón, donde los benshis coexistieron con el cine sonoro hasta mediados de los años treinta).

Si el cine no nació sonoro, fue exclusivamente por limitaciones técnicas. Ya el kinetoscopio de Thomas Alva Edison estaba pensado para unirse al fonógrafo y conjuntar en un solo aparato imagen y sonido. Aunque la idea parece sencilla, la realización práctica no lo fue tanto. Y aunque hubo tanto es Estados Unidos como en Francia experimentos y proyectos que lograron cierto éxito en este sentido, no pudieron solucionar las dos mayores dificultades: que se mantuviera la sincronización entre la imagen y el sonido, y que este último pudiera llegar, con igual calidad, a una sala gran sala cinematográfica (que en la época llegaban a albergar hasta 5,000 espectadores). En 1913, Edison lanzó, con gran bombo, su nuevo invento en este terreno, el kinetófono, que resultó un sonoro fracaso, valga el chiste.

Quienes realmente lograron realizar los avances tecnológicos necesarios que harían posible el cine sonoro, fueron dos grandes compañías dedicadas respectivamente el teléfono y la radio: la American Telephone & Telegraph Corporation (AT&T) y la Radio Corporation of America (RCA). Ambas empresas trabajaban de manera paralela desarrollando tecnología que les permitiera mejorar la calidad de sus servicios, y de sus investigaciones surgieron dos inventos que terminarían beneficiando al cine: la grabación y reproducción del sonido en disco (sound-on-disc) y un amplificador sonoro de gran potencia. De todas maneras, no era fácil interesar a los empresarios cinematográficos por estas novedades, tomando en consideración los fracasos anteriores.

La que se animó fue una compañía pequeña para los niveles de Hollywood, la Warner Bros., que se había iniciado en el negocio de los nickelodeons a principios de siglo y, en 1924, estaba dispuesta a crecer hasta alcanzar a sus competidores. Y el cine sonoro parecía una buena apuesta. Al principio fueron pequeños cortos que presentaban números musicales, cómicos y de variedades, con los que se pensaban sustituir las presentaciones en vivo que tenían la mayor parte de las salas cinematográficas. Después, en Don Juan (1926), una pista sonora musical, incluida en la película, hizo innecesaria la presencia de la orquesta en el cine. Finalmente, en 1927, El cantante de jazz fue un híbrido, silente la mayor parte del tiempo, pero sonoro en sus números musicales.

En 1927, la Fox también se sumó al cine sonoro, con el primero de sus exitosos noticieros hablados (realizado con sonido fotográfico, impreso en la misma película). Muy pronto, todos los exhibidores querían tener en sus salas la novedad del cine sonoro. Y las grandes productoras que al principio se habían quedado al margen, también vieron la necesidad de no quedarse fuera de los beneficios de la nueva tecnología. El sistema elegido, fue el creado por la Western Electric, una filial de la AT&T. Dejada de lado en la negociaciones, la RCA creó su propia compañía cinematográfica, la RKO, activa hasta comienzos de los años cincuenta.

Para 1930, todo el cine estadunidense ya era sonoro, aunque la producción del resto del planeta no pudo evolucionar con la misma rapidez. Sin embargo, en muy poco tiempo, el cine mudo pasó a ser una reliquia del pasado. Aunque quedaban todavía algunos asuntos por resolver. Uno de ellos era que al haber ganado la palabra, el cine había perdido la universalidad de su lenguaje. Encontrar una forma de traducción de los diálogos a los diferentes idiomas no era tan sencillo con cambiar los intertítulos de las películas mudas. El mundo se dividiría entre las dos opciones posibles: los subtítulos o el doblaje. En los inicios, hubo una tercera posibilidad, pronto desechada y hoy muy curiosa: la de las versiones múltiples, entre las que destacan, por su gran producción (alrededor de cien títulos, a lo largo de una década), las películas hispanas (los cortos del Gordo y el Flaco, las cintas de Carlos Gardel, el Drácula protagonizado por Lupita Tovar, etcétera).

*Nelson Carro es director de programación de la Cineteca Nacional

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FICHAS

 
Don Juan

D: Alan Crosland. P: Estados Unidos, 1926. G: Bess Meredith, inspirado en el poema homónimo de Lord Byron. F en B/N: Byron Haskin. M: William Axt. Con: John Barrymore (Don Juan), Mary Astor (Adriana Della Varnese), Willard Louis (Pedrillo), Estelle Taylor (Lucrecia Borgia), Helene Costello (Rena), Myrna Loy (Maria), Warner Oland (César Borgia). CP: Warner Bros. Pictures. Prod: Jack Warner. Dur: 113 min.

El 5 de agosto de 1926, después de experimentar con cortometrajes desde dos años antes, Warner Bros. Pictures estrenó esta versión fílmica del clásico Don Juan, que tiene la curiosa variación de incluir a Lucrecia Borgia como celosa amante del protagonista, encarnado por el galán John Barrymore. La muy lujosa producción se presentó sonorizada con efectos de sonido y música de fondo conseguida por el sistema Vitaphone, el cual consistía en discos que se sincronizaban con la imagen en pantalla.

El fantasma de la Ópera

The Phantom of the Opera
D: Rupert Julian. P: Estados Unidos, 1925 (silente) / 1929 (reeditada y sonorizada). G: Raymond L. Schrock, Elliott Clawson, Frank McCormack y Bernard McConville, inspirados en la novela homónima de Gaston Leroux. F en B/N: Virgil Miller, Milton Bridenbecker y Charles van Enger. M: Joseph Carl Breil y Gustav Hinrichs (1925) / Sam Perry (1929). E: Edward Curtiss, Maurice Pivar y Gilmore Walker. Con: Lon Chaney (Erik, el Fantasma), Mary Philbin (Christine Daaé), Norman Kerry (vizconde Raoul de Chagny), Gibson Gowland (Simon Buquet), Virginia Pearson (Carlotta), Snitz Edwards (Florine Papillon), Madame Fiorenza (Madame Giry). CP: Universal Pictures. Prod: Carl Laemmle. Dur: 107 min. (1925) / 98 min. (1929).

Lon Chaney llevó a cabo su mayor creación encarnando a un atormentado músico deforme que siembra el terror en la Ópera de París, valiéndose de un maquillaje diseñado por él mismo que dio a su rostro la apariencia de un cadáver. Esto y los fastuosos escenarios de Ben Carré hacen del filme uno de los más espectaculares del cine silente estadounidense. Presentaremos dos versiones de la cinta: la silente, estrenada en Nueva York en 1925, y la reeditada en 1929, que contó además de varias secuencias en Technicolor de dos colores, con una sonorización conformada por efectos de sonido, algunos diálogos y música.

El cantante de jazz

The Jazz Singer
D: Alan Crosland. P: Estados Unidos, 1927. G: Alfred A. Cohn, inspirado en la pieza teatral The Day of Atonement, de Samson Raphaelson. F en B/N: Hal Mohr. M: Louis Silvers. E: Harold McCord. Con: Al Jolson (Jakie Rabinowitz), May McAvoy (Mary Dale), Warner Oland (cantante), Eugenie Besserer (Sara Rabinowitz), Otto Lederer (Moisha Yudelson), Bobby Gordon (Jakie, niño), Richard Tucker (Harry Lee). CP: Warner Bros. Pictures, The Vitaphone Corporation. Prod: Darryl F. Zanuck. Dur: 88 min.

Un joven judío de Brooklyn, con notables virtudes para el canto, se opone a la tradición familiar cuando rechaza el rol que su padre rabino le impone como cantor en la sinagoga para convertirse en un exitoso cantante de jazz. Más allá del convencional melodrama familiar que la historia implica, este filme producido por el estudio Warner Bros., es considerado el primer largometraje sonoro de la historia del cine mundial, realizado gracias al desarrollo tecnológico del sistema de sonido Vitaphone.  

Amanecer

Sunrise: A Song of Two Humans
D: F.W. Murnau. P: Estados Unidos, 1927. G: Carl Meyer, basado en el relato El viaje a Tilsit de Hermann Sudermann. F en B/N: Charles Rosher y Karl Struss. M: Hugo Riesenfeld (versión sonorizada). E: Harold D. Schster. Con: George O’Brien (el hombre), Janet Gaynor (la mujer), Margaret Livingston (mujer de la ciudad), Bodil Rosing (doncella), J. Farrel McDonald (fotógrafo), Ralph Sipperly (el peluquero), Jane Winton (manicurista). CP: Fox Film Corporation. Prod: William Fox. Dur: 95 min.

Un granjero, seducido por una vampiresa citadina, decide asesinar a su mujer, pero se arrepiente y ella huye hacia la ciudad. Al reencontrarse, ambos inician una emotiva reconciliación. En su primer filme realizado en Hollywood, Murnau le fue fiel a sus más profundas obsesiones fílmicas (la atracción de la maldad, el amor como única fuerza capaz de salvar al mundo y los contrastes entre la vida pastoral y el frenesí de lo urbano), consiguiendo una obra maestra excepcional. Realizada justo en los albores del cine sonoro, Amanecer se estrenó tanto en versión silente como en una versión sonorizada con el sistema Movietone y música de fondo compuesta y sincronizada por Hugo Riesenfeld; ambas se presentan en este ciclo.

Chantaje

Blackmail
D: Alfred Hitchcock. P: Gran Bretaña, 1929. G: Charles Bennett, Alfred Hitchcock, Ben W. Levy y Garnett Weston, basados en una pieza teatral del primero. F en B/N: Jack Cox. M: Campbell & Connelly. E: Emile de Ruelle. Con: Anny Ondra (Alice White), John Longden (detective Frank Webber), Donald Calthrop (Tracy), Cyril Ritchard (Crewe), Sara Allgood (señora White), Charles Paton (señor White), Hannah Jones (ama de llaves). CP: British International Pictures. Prod: John Maxwell. Dur: 82 min.

Al estar involucrada su novia en un homicidio, un policía inglés es chantajeado por un criminal de poca monta que atestiguó el suceso. Conocida también como La muchacha de Londres, este exitoso filme no solamente fue la confirmación de Hitchcock como el director más hábil del mundo para manejar el suspenso, sino también un título clave para que la industria del cine inglés conformara su identidad en las salas de cine del mundo entero. Filmada justo en los inicios del cine sonoro, Chantaje fue realizada en versión silente con intertítulos (exhibida raramente) y en versión sonora con diálogos, música y efectos sonoros, mismas que presentamos en este ciclo. Sorprende en especial la forma en la cual el director utiliza dramáticamente las atmósferas sonoras para intensificar la paranoia culposa de la protagonista.

La melodía de Broadway

The Broadway melody
D: Harry Beaumont. P: Estados Unidos, 1929. G: Norma Houston, James Gleason y Edmund Goulding. F en B/N: John Arnold. M: Arthur Freed y Nacio Herb Brown. E: Sam Zimbalist. Con: Anita Page (Queenie Mahoney), Bessie Love (Hank Mahoney), Charles King (Eddie Kearns), Nacio Herb Brown (pianista), The Angeles Twins (coristas), J. Emmett Beck (Hatrick). CP: Metro Goldwyn Mayer. Dur: 100 min.

Dos jóvenes viajan a Broadway en busca de fama y fortuna. Estrenada en febrero de 1929, éste es el primer filme sonoro realizado por la Metro Goldwyn Mayer en su historia. Para su realización, la cámara fue “encerrada” en un ataúd de madera de forma que no interfiriera el ruido de su motor en el sonido directo, mientras que los números musicales fueron los primeros pregrabados de la historia gracias al ingeniero Douglas Shearer. Primera película musical del cine estadounidense, con canciones de Arthur Freed y Nacio Herb Brown, la cinta obtuvo también el Óscar a la mejor película.

¡Aleluya!
Hallelujah!
D: King Vidor. P: Estados Unidos, 1929. G: King Vidor, Wanda Tuchock y Ransom Rideout. F en B/N: Gordon Avil. M: Eva Jessye. E: Hugh Wynn. Con: Daniel L. Haynes (Zeke Johnson), Nina Mae McKinney (Chick), William Fountaine (Hot Shot), Harry Gray (Pappy Johnson), Everett McGarrity (Spunk), Victoria Spivey (Missy Rose), Fanny Belle DeKnight (Mammy Johnson). CP: Metro Goldwyn Mayer. Prod: King Vidor e Irving Thalberg. Dur: 100 min.

Un campesino negro de Misisipi se vuelve pastor para expiar las culpas que lo atormentan y de paso redimir pecadores, sin imaginar que la culpable de su desgracia intentará seducirle de nuevo. King Vidor fue el principal artífice detrás de este filme —el primero interpretado en su totalidad por un reparto de negros— en el cual la sensualidad, la culpa y la redención se enmarcan en estupendos números de música gospel y blues que hicieron de esta cinta un clásico de los primeros años del cine sonoro.

Un perro andaluz
Un chien andalou

D y E: Luis Buñuel. P: Francia, 1928. G: Luis Buñuel y Salvador Dalí. F en B/N: Albert Duverger. M: Fragmentos de Tristán e Isolda de Richard Wagner y tangos argentinos (versión sonorizada por Luis Buñuel en 1960). Con: Simone Mareuil (la joven), Pierre Batcheff (el hombre), Luis Buñuel (hombre que corta el ojo), Salvador Dalí (seminarista), Robert Hommett (joven), Marval (seminarista), Fano Messan (hermafrodita), Jaime Miravilles (seminarista). Prod: Luis Buñuel y Paul Braunberger. Dur: 17 min.

Considerado el filme que mejor plasmó en pantalla las subversivas propuestas y la pasional visión del mundo del movimiento surrealista, este cortometraje nació de una conjunción de sueños de Buñuel y Dalí en las cuales se manifiestan la crueldad, el erotismo, la muerte y la necesidad de liberar al arte de cualquier lógica establecida por la moral burguesa. Estrenada en el marco de una exposición surrealista, la cinta se exhibió de forma silente mientras que Buñuel sonorizaba el filme durante su proyección con discos y un gramófono. En 1960, para un reestreno europeo, el cineasta realizó una versión sonorizada con música de su elección y que corre a 24 cuadros por segundo. Ambas versiones serán proyectadas en este ciclo.

La edad de oro

L’âge d’or
D y E: Luis Buñuel. P: Francia, 1930. G: Luis Buñuel y Salvador Dalí. F en B/N: Albert Duverger. M: Obras de Felix Mendelssohn, Ludwig van Beethoven, Franz  Schubert, Claude Debussy y Richard Wagner, además de tambores de Calanda. Con: Gastón Modot (él), Lya Lis (ella), Caridad de Laberdesque (la dama), Max Ernst (capitán de los bandidos), Lionel Salem (Duque de Blangis), Pancho Cossío (bandido inválido), Josep Llorens Artigas (gobernador). Prod: Vizconde de Noailles. Dur: 60 min.

En una línea similar a la de Un perro andaluz, este largometraje parcialmente sonoro (en sus partes silentes existen intertítulos, mientras que la música siempre aparece de fondo) es tanto una provocativa reflexión sobre el erotismo reprimido por la moral como una afrenta a las buenas costumbres. El filme contiene imágenes memorables, como la de una vaca reposando sobre un lecho elegante y aquella en la cual un aristócrata muy parecido a Jesucristo asiste a una orgía. El escándalo provocado tras su estreno provocó su prohibición en Francia hasta 1960.

Bajo los techos de París

Sous les toits de Paris
D y G: René Clair. P: Francia, 1930. F en B/N: Georges Périnal y Georges Raulet. M: Raoul Moretti y Vincent Scotto. E: René Le Hénaff. Con: Albert Préjean (Albert, un músico callejero), Gastón Modot (Fred, un carterista), Pola Illéry (Pola, una emigrante húngara), Edmond T. Gréville (Louis), Bill Bocket (El Gran Jefe), Thomy Bourdelle (François), Paul Olivier (borracho). CP: Films Sonores Tobis. Dur: 96 min.

Un músico callejero hace frente a una pandilla de carteristas cuando éstos roban a la chica de sus sueños. El melodrama, el musical, la comedia romántica y el cine policiaco se fusionaron en este primero y muy exitoso acercamiento de René Clair al cine sonoro. Rabioso opositor de esta revolución tecnológica junto con Chaplin, Clair diseñó el sonido del filme de forma abstracta, anulando los ruidos ambientales que le hubieran dado un tono realista a la cinta para privilegiar el diálogo y la música. El resultado es un curioso filme de transición entre las dos más importantes épocas del cine como espectáculo.

La vida nocturna

Versión extendida y en español de Blotto
D: James Parrott. P: Estados Unidos, 1930. G: Leo McCarey y H.M. Walker. F en B/N: George Stevens. E: Richard Currier. Con: Stan Laurel (Stan), Oliver Hardy (Ollie), Anita Garvin (esposa de Stan), Tiny Sandford (jefe de meseros), Baldwin Cooke (mesero), Charlie Hall (taxista bigotón), Frank Holliday (cantante del bar). CP: Hal Roach Studios. Prod: Hal Roach. Dur: 38 min.

Sin importarle demasiado la Ley Seca, Ollie convence a Stan de pasar una noche de juerga y mucho alcohol en un centro nocturno, a escondidas de su mujer.

Politiquerías

Versión extendida y en español de Chickens Come Home
D: James W. Horne. P: Estados Unidos, 1931. G: H.M. Walker. F en B/N: Jack Stevens. M: Leroy Shield. E: Richard C. Currier. Con: Stan Laurel (Stan), Oliver Hardy (Ollie), Abraham J. Cantú (ilusionista), Rina de Liguoro (novia abandonada de Ollie), Hadji Ali (regurgitador), Enrique Acosta, María Calvo. CP: Hal Roach Studios. Prod: Hal Roach. Dur: 56 min.

Cuando Ollie, candidato a alcalde, es chantajeado por un viejo amor, encarga a su amigo Stan hacerse cargo de la muchacha, sin imaginar las consecuencias.

En medio de la problemática transición del cine silente al sonoro y ante la probable pérdida de los mercados de habla hispana, el productor Hal Roach fue pionero en Hollywood en realizar películas tanto en inglés como en otros idiomas (francés, alemán, italiano y, sobre todo, español). Y las principales estrellas de su estudio, Laurel y Hardy, participaron en este experimento que solamente duró un año y produjo curiosas comedias en las cuales los mundialmente famosos comediantes hablaban en español, sus rutinas cómicas eran más extensas y la picardía no obedecía a los estrictos códigos de censura de Hollywood. Éste programa doble presenta dos de esos filmes en sus versiones habladas en español por los propios actores.

Entusiasmo

Entuziazm: Simfonía Donbassa
D y E: Dziga Vértov. P: Unión Soviética, 1931. F en B/N: B. Tseitlin. M: Obras de Dmitri Shostakóvich. CP: Ukrain Film. Prod: Nemirovski. Dur: 67 min.

En su primera película sonora, el gran Dziga Vértov exploró las posibilidades artísticas del sonido directo recopilando atmósferas industriales para yuxtaponerlas a la música y el diálogo de los protagonistas. Después de su estreno, el filme fue incomprendido por el público y la crítica de la época a tal grado que desapareció por completo. Fue hasta la década de los sesenta que esta fascinante sinfonía audiovisual que alterna sonoramente lo industrial con lo humano fue redescubierta y valorada.

Drácula

Dracula
D: Tod Browning. P: Estados Unidos, 1931. G: Garrett Fort, inspirado en la obra teatral de Hamilton Deane y John L. Balderston, inspirada a su vez en la novela homónima de Bram Stoker. F en B/N: Karl Freund. E: Milton Carruth. Con: Bela Lugosi (conde Drácula), Helen Chandler (Mina), David Manners (John Harker), Dwight Frye (Renfield), Edward van Sloan (profesor Van Helsing), Herbert Bunston (Seward), Frances Dade (Lucy). CP: Universal Pictures. Prod: Carl Laemmle Jr. Dur: 75 min.

Universal Pictures comenzó su célebre producción de cine de horror con esta adaptación cinematográfica inspirada en la versión teatral con la cual el actor Henry Irving obtuvo fama mundial interpretando al aristócrata rumano que por las noches se vuelve una criatura sedienta de sangre. Apoyado en la fotografía expresionista de Karl Freund y en la siniestra presencia de Bela Lugosi, Tod Browning orquestó un clásico en el cual la ausencia de música da lugar a la creación de atmósferas sonoras propias de una pesadilla.

Drácula

D: George Melford. P: Estados Unidos, 1931. G: Garrett Fort, inspirado en la obra teatral de Hamilton Deane y John L. Balderston, inspirada a su vez en la novela homónima de Bram Stoker; adaptación al español de Baltasar Fernández Cue. F en B/N: George Robinson. E: Arturo Tavares. Con: Carlos Villar (conde Drácula), Lupita Tovar (Mina), Barry Norton (Juan Harker), Pablo Álvarez Rubio (Renfield), Eduardo Arozamena (profesor Van Helsing), Carmen Guerrero (Lucía Weston), Amelia Senisterra (Martha). CP: Universal Pictures. Prod: Paul Kohner y Carl Laemmle Jr. Dur: 104 min.

Considerada perdida y rescatada a principios de los años noventa, ésta curiosa cinta es uno de los más notables ejemplos del llamado “Cine Hispano”, una alternativa que el cine de Hollywood encontró para no perder al público de habla hispana que con la llegada del sonido podría rechazar la lectura de subtítulos. La película es una versión en español del Drácula de Tod Browning, aunque con mayor duración y mucha más sensualidad en sus imágenes. Pensando que el idioma español es único en sus acentos, Hollywood reunió actores españoles, mexicanos y cubanos para estas cintas, consiguiendo solamente fracasar en los mercados de habla hispana ante formas de hablar tan dispares.

Luces de la ciudad

City Lights
D, G y Prod: Charles Chaplin. P: Estados Unidos, 1931. F en B/N: Gordon Pollock y Rollie Totheroh. M: Charles Chaplin y José Padilla (La Violetera). E: Charles Chaplin y Willard Nico. Con: Charles Chaplin, Virginia Cherrill (chica ciega), Florence Lee (abuela), Harry Myers (un millonario excéntrico), Al Ernest García (mayordomo). CP: Charles Chaplin Productions. Dur: 87 min.

Enamorado de una florista invidente, un vagabundo se propone reunir el suficiente dinero para pagar la operación que le devuelva la vista. El drama y la comedia se fusionan en esta obra maestra, en la cual Chaplin se enfrentó por primera vez al cine sonoro, negándose a pronunciar palabra alguna, pero utilizando efectos de sonido y acompañamiento musical. El filme contiene uno de los finales más memorables de la historia del cine, por su intenso retrato del ser humano enfrentado a la imposibilidad amorosa.

 
Éxtasis
Ekstase
D: Gustav Machatý. P: Checoslovaquia-Austria, 1933. G: Gustav Machatý y Frantisek Horký, inspirados en una novela de Robert Horky. F en B/N: Hans Androschin y Jan Stallich. M: Giuseppe Becce. E: Antonín Zelenka. Con: Hedy Kiesler (Eva Hermann), Aribert Mog (Adam), Zvonimir Rogoz (Emile), Leopold Kramer (padre de Eva), Jiřina Steimarová (secretaria). CP: Elekta Film. Prod: Frantisek Horký y Moriz Grunhut. Dur: 82 min.

Una joven y bella mujer contrae nupcias con un maduro hombre de negocios. Aunque se aman entre ambos no existe pasión alguna. No será hasta que conozca a un joven ingeniero que ella descubra los placeres de la sensualidad. De la mano del checo Gustav Machatý, el cine mundial tuvo su primer desnudo femenino cuando la bella actriz Hedy Kiesler (la futura estrella de Hollywood Hedy Lamarr) se bañaba en un lago. Retrato intimista de una pasión femenina, Machatý alternó secuencias silentes con otras sonoras, convirtiéndose en una punta de lanza para el cine checo hablado.

Melodía de arrabal

D: Louis J. Gasnier. P: Estados Unidos, 1933. G: Alfredo Le Pera. F en B/N: Harry Stradling. M: Carlos Gardel y Alberto Castellanos. Con: Carlos Gardel (Roberto Ramírez / señor Torres), Imperio Argentina (Alina Salinas), Vicente Padula (Pedro Ventura), Jaime Devesa (Rancales), Manuel París (Maldonado), José Argüelles (Julián), Felipe Sassone (empresario). CP: Los Studios Paramount. Dur: 94 min.

Filmada en Joinville, Francia, en 1932, este filme el protagonista de este filme es un tahúr de poca monta, con dotes para el canto, cuyo talento es descubierto por una mujer que podría significar su redención. Las cosas se complicarán cuando mata al hombre que amenaza con revelar su identidad. El mítico Carlos Gardel y la célebre actriz y cantante Imperio Argentina se encontraron en este melodrama barriobajero de inicios del cine sonoro que fuera un gran éxito tanto en América como en Europa.

M, el maldito

M
D: Fritz Lang. P: Alemania, 1931. G: Fritz Lang y Thea von Harbou, sobre una investigación de Egon Jacobson. F en B/N: Fritz Arno Wagner. E: Paul Falkenberg. Con: Peter Lorre (Hans Beckert), Ellen Widmann (señora Beckmann), Inge Landgut (Elsie), Otto Wernicke (inspector Karl Lohmann), Gustaf Gründgens (Schränker), Georg John (vendedor de globos), Franz Stein (ministro). CP: Nero-Film AG. Prod: Seymour Nebenzal. Dur: 110 min.

Inspirado en el caso de Peter Kurten, el “Vampiro de Düsseldorf”, un asesino de niños, Lang orquestó un soberbio retrato de la Alemania de entreguerras como un país inestable socialmente que generaba monstruos. Canto del cisne de la estética expresionista alemana, el filme es también una fascinante disección de la persecución del asesino por parte de la mafia y la policía, mientras que la confesión de éste, entregado a su éxtasis criminal, es un momento tan conmovedor como repulsivo. Lang utilizó el sonido tanto para crear la atmósfera de persecución del filme como para identificar a su protagonista, cuyo silbido que emula frenéticamente el Peer Gynt de Edward Grieg anuncia que la muerte de un inocente está cerca.
 
Se exhibirán como materiales complementarios:

Cortos de Vitaphone

Producidos por Warner Bros. Pictures, estos cortometrajes fueron realizados para experimentar con el recién desarrollado equipo de sonido sincrónico Vitaphone. Dichos cortos se filmaban en Broadway, registrando números musicales y sketches teatrales por igual. La división Vitaphone se terminó en 1938, cuando se fusionó a Warner en Hollywood.  

Primeros cortometrajes de animación sonoros

Una selección que incluye el primer cortometraje sonoro protagonizado por Mickey Mouse, Steamboat Willie (1928), La danza de los esqueletos (1929) y una de las primeras Sinfonías tontas, entre otras cosas.