Redacción. La tarde de este sábado falleció Felipe Cazals en la Ciudad de México, temperamental director de icónicas películas como “Canoa”, “El apando”  y “Las Poquianchis”, entre varias más. Ganó cinco veces el Ariel como mejor director por “El año de la peste” (1979); “Bajo la metralla” (1983); “Kino” (1993); “Su alteza serenísima” (2001) y “Las vueltas del citrillo” (2005), además de recibir el Ariel de Oro por su trayectoria dentro de la cinematografía nacional en 2010. En el 2008, se le entregó el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007 en el campo de las Bellas Artes. 

Director, guionista, argumentista, productor, actor y fotógrafo, su nombre completo fue Felipe Cazals Siena y nació el 28 de julio de 1937 en Guatari, pueblo de la frontera francoespañola, pero dos meses más tarde fue registrado y bautizado en Zapopan, Jalisco.

Vivió desde niño en la Ciudad de México donde llevó a cabo estudios elementales en colegios de los que fue expulsado “por mala conducta”. En su juventud realizó diversos oficios, entre los que cabe mencionar el de galopador de caballos en el Hipódromo de las Américas. A principios de los sesenta viajó becado a Francia para estudiar en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos, escuela que abandonó sin egresar, y se dedicó a cumplir diversos trabajos fílmicos.

De regreso en México, recibió la oportunidad de colaborar en el programa televisivo “La hora de Bellas Artes” que por entonces coordinaba Manuel Michel. Entre 1965 y 1967, realizó cuatro cortometrajes sobre arte filmados en 16 mm.: “Alfonso Reyes”, “Mariana Alcoforado”, “Que se callen (León Felipe)” y “Leonora Carrington o el sortilegio irónico”. Después de haber filmado en 1967 el cortometraje “La otra guerra”, realizó otro para el Comité Olímpico (Trabajo olímpico). En 1968 filmó el mediometraje independiente “La manzana de la discordia” y asistió a Alberto Isaac en “Olimpiada en México”, cinta oficial sobre los juegos olímpicos.

Un año después fundó con Arturo Ripstein, Pedro F. Miret y Rafael Castanedo el grupo Cine Independiente, que produjo “La hora de los niños”, de Ripstein, “Familiaridades”, primer largometraje de Cazals, y algunos cortometrajes. Varios de sus cortometrajes, así como sus primeros largometrajes recibieron buena crítica en México y en el extranjero. Después de haber obtenido reconocimiento internacional, el grupo Cine Independiente se desintegró, por lo que, en 1970, Cazals ingresó a la industria con la superproducción histórica “Emiliano Zapata” y luego una crónica del periplo en carreta de Benito Juárez durante la intervención francesa, “Aquellos años” de 1973.

Su gran etapa creativa dio principio con un testimonio sobre los seris (“Los que viven donde sopla el viento suave”, 1973) y se prolongó con una trilogía sobre la violencia (“Canoa” y “El apando”, 1975, y “Las Poquianchis”, 1976); de ellas, “Canoa” ha logrado un consenso crítico favorable e, incluso, ha llegado a ser considerada como una de las mejores películas en la historia de la cinematografía nacional.

Tras una etapa de realizaciones por encargo, a partir de su vigorosa cinta “Bajo la metralla” (1982), recuperó prestigio y volvió a ser el cineasta polémico de años anteriores. Esta condición se prolongó con su película “Los motivos de Luz” (1985) y su videocinta “Las inocentes” (1986). Al margen de sus largometrajes, cabe mencionar la realización de otro cortometraje filmado para el Centro de Producción de Cortometraje: “Testimonio y documentos: paro agrario” (1975), y de “Cuentos de madrugada” (1986), serie televisiva de horror. Es, sin lugar a dudas, uno de los mejores exponentes del cine de autor en nuestro país.

En su filmografía destacan varias películas dedicadas a personajes o episodios de la historia de México, algo que continuará con “Kino: la leyenda del padre negro” (1993), así con la mayoría de sus filmes realizados en pleno siglo XXI: “Su alteza serenísima” (2000); “Digna…hasta el último aliento” (2004); “Las vueltas del citrillo” (2006); “Chicogrande” (2009) y “Ciudadano Buelna” (2012), su última película.

Descanse en paz