Por José de Jesús Chávez Martínez

La polémica que ha causado esta obra dirigida por Jacques Audiard radica más en valores culturales que en los cinematográficos. Parece que a estas alturas del partido solo la representación de México a cargo de la disneyana “Coco” ha dejado satisfechos a los espectadores mexicanos en especial y a los latinoamericanos en general. Para la producción de esta película animada de Disney se realizó una extensa investigación sobre el modo de vida y la tradición del Día de Muertos para integrar la historia. El detalle es que está hablada en inglés. Otro caso es “Nacho Libre”, que presenta el mundo de la lucha libre mexicana en tono de comedia y basando su argumento de manera lejana en el legendario “Fray Tormenta”.

Y, así las cosas, “Emilia Pérez” no ha sido del agrado del espectador en general y de ciertos grupos que se sienten aludidos de mala manera en este filme, como la comunidad LGBT+ o las madres de los desaparecidos. Sin embargo, en el aspecto dramático, no hay que esperar una gran profundización en estos delicados temas porque estamos ante un musical que, como es de esperarse, presenta alegorías y metáforas que aluden a una realidad pero no la representan con un grado mayor de verismo. Es una propuesta que indica que hay problemas sociales identificables, principalmente el narcotráfico y sus vertientes socialmente dañinas, pero el meollo tal vez sea la forma hollywoodense la que molesta.

Se advierte en “Emilia Pérez” únicamente la pretensión de contar una tragedia al interior de una familia encabezada por Juan del Monte, el “Manitas”, el capo de un “exitoso” cártel cuyo conflicto es su identidad de género, por lo que decide operarse para volverse mujer y fingir la desaparición de su alter ego masculino, además de dejar protegidos a su esposa e hijos, todo con la forzosa ayuda de la abogada Rita Moreno (Zoe Saldaña). El “Manitas” se humaniza cuando se convierte en fémina y entra en un sentimiento de culpa que la conduce a querer resarcir sus tropelías ayudando a localizar los cuerpos de personas desaparecidas por varias mafias del país.

Si se valora globalmente a la cinta, la trama está bien construida, hay amor, hay pasión, hay confusión, hay sentido y peso por la culpa, hay ambición, no hay salidas para los personajes ante los círculos viciosos. La realización es muy buena en cuanto a las atmósferas, los encuadres y sobre todo la iluminación; el montaje es adecuado; la puesta en escena es exacta; las canciones no son pesadas ni aburridas (no soy amante del cine musical, para nada), así tampoco la música, y las letras son muy sui generis. En fin, tiene pocas fisuras.

Aquí viene lo bueno: el polémico performance de Selena Gómez como Jéssica del Monte, esposa del “Manitas”, con una pésima pronunciación del español, aspecto que mejor hubieran soslayado dejando que hablase todo en inglés, al fin que es mexicoamericana y los mexicoamericanos suelen hablar puro inglés. En eso se ha centrado básicamente el descontento popular en México, en el asunto lingüístico que ven como una imperdonable falta de respeto. Sin embargo, las emociones que manifiesta Selena con su personaje, sus sentimientos, su sensualidad, su indiferencia ante la vida, su glamour o sus gesticulaciones son demostraciones de innegable capacidad histriónica. Si pensamos en las hermosas mujeres (no buchonas) de los grandes capos, la joven Gómez sí da el ancho.

(Recordemos, por ejemplo, que Al Pacino representó al cubano Tony Montana en “Scarface” (Brian De Palma, 1983) y casi nunca habló en español, y a mí me consta que hasta hoy en día los cubanos en Florida se comunican solo en castellano entre ellos).

Por otra parte, Karla Sofía Gascón se luce en el doble papel que realiza, Emilia y el “Manitas”, combinando emociones y transformando la psique de sus personajes (una pregunta: ¿una persona tiene que estar fingiendo según su género hasta que logra cambiarlo mediante una intervención quirúrgica?); es toda una señora, es todo un capo (no “media” y “medio” como dice la canción), se le ve desenvuelta con un personaje que ve realizado su propósito de cambiar de sexo. Zoe Saldaña se esfuerza mucho y muestra su indiscutible talento, sin embargo también le falla un poco la pronunciación del español caribeño que, supongo, no acostumbra a hablarlo seguido, pero igual expresa frustraciones, miedos, incertidumbres y mucha firmeza en un rol muy bien delineado dadas las circunstancias.

Pero también es lógico que el resultado hubiese sido mejor con la inclusión de actores mexicanos, con un habla natural del castellano, con mayor veracidad tanto en el aspecto como en fondo, con una vida formada en tierras mexicanas. Pero pues se optó por las dos estrellas hollywoodenses para no perder en el negocio.

En fin. Este experimento de Audriard seguirá dando de qué hablar hasta que pasen los Oscars. La duda es si habrá merecido tantos galardones, incluidos los del Festival de Cannes o los Globos de Oro. Por algo se los dieron… y esa bronca mejor dejémosla como un problema para los comités de premiación. De que la película es buena, lo es.

País: Francia. Año: 2024. Dirección: Jacques Audriard. Producción: Pascal Caucheteux. Guion: Jacques Audiard. Música: Camille, Clément Ducol. Sonido: Erwan Kerzanet, Aymeric Devoldère, Cyril Holtz. Fotografía: Virginie Montel. Montaje: Juliette Welfling. Escenografía: Emmanuelle Duplay. Productoras: Page 114 et Why Not Productions, France 2 Cinéma, Pathé Films, Saint Laurent Productions, Distribución: Pathé Films (Francia), Paradiso Entertainment (Bélgica), Pathé Films AG (Romandía). Reparto: Zoe Saldaña, Karla Sofía Gascón, Selena Gomez, Adriana Paz, Edgar Ramírez, Mark Ivanir.

Por José de Jesús Chávez Martínez

Comunicólogo egresado de la UAM Xochimilco. Profesor investigador en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Occidente Unidad Culiacán, con las líneas comunicación y educación, y el cine como dispositivo didáctico, de las cuales se han desprendido diversos artículos científicos y tres libros. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). Desde 2021 es colaborador de correcamara.com