Por Hugo Lara
Desde Morelia
En el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia se presentó este viernes en el Teatro José Rubén Romero el primer volumen de la Memoria Fílmica del Cine Mexicano, que corresponde a los años 1983-1984 y que es editado por la Cineteca Nacional. Este proyecto editorial coordinado por Leonardo García Tsao y Eduardo de la Vega Alfaro, resulta ser una especie de continuación de la Historia Documental del Cine Mexicano, la monumental obra de Emilio García Riera que comprende la revisión de la filmografía nacional de 1931 a 1976, así como los volúmenes que coordinó De la Vega Alfaro y que corresponden al periodo de 1977-1982.
La Memoria Fílmica reúne textos de distintos especialistas que describen cada largometraje de producción mexicana a través de su sinopsis, la ficha técnica y un comentario historiográfico en el que se señalan datos relevantes de cada filme, como sus valores de producción, sus características comerciales y de contenido, información de sus realizadores y participantes, y referencias a notas de prensa de la época de su producción y estreno. Los colaboradores de este trabajo fueron Rosario Vidal Bonifaz, Fernanda Solórzano, Erick Estrada, Ernesto Diez Martínez y el que esto escribe.
En la presentación de este primer volumen, que contó con la asistencia de Daniela Michel, directora del Festival de Morelia, y Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, tuvimos la oportunidad de comentar varios aspectos relacionados con el desarrollo del proyecto, los objetivos del mismo y su relevancia. Hay que decir que hasta la fecha se ha documentado ya todos los largometrajes mexicanos hasta 1989.
Durante la presentación, en la que tuve el gusto de participar junto con García Tsao y Erick Estrada, explicamos algunos desafíos que supuso reseñar las películas de las décadas de los ochentas, considerada por muchos el periodo más negro del cine mexicano en virtud de la pobre calidad de la mayoría de las películas llamadas comerciales, muchas de ellas enmarcadas en los géneros de las sexy-comedias y el cine de narcotraficantes. A este respecto se observó a lo largo de la investigación que, paradójicamente, fue un periodo en el que el cine mexicano industrial vivió una pujanza de público, pues había gran asistencia en los cines populares para ver ese tipo de películas. Incluso, había grandes éxitos como las películas de la India María o las de Alfonso Zayas que lograban superar en la taquilla a las grandes superproducciones de Hollywood. Esto también se debía a ciertas condiciones económicas muy particulares, como el hecho de que el precio del boleto del cine estaba dentro de la canasta básica y por lo mismo se hallaba congelado. Igualmente, muchos cines eran operados por el Estado, quien favorecía la exhibición del cine nacional de acuerdo a la ley vigente, que garantizaba hasta un 30% de tiempo en pantalla. Estas políticas proteccionistas se viciaron y provocaron la caída de la calidad del cine nacional, pues muchos productores encontraron el camino para hacer películas en el menor tiempo y al menor costo con los mayores beneficios.
Igualmente, se comentó la importancia de varios cineastas independientes que continuaron trabajando a contracorriente, buscando los caminos fuera de la industria para hacer un cine más propositivo e inteligente, como el caso de Paul Leduc o Felipe Cazals, quien también estuvo presente en el Teatro José Rubén Romero.
Otro de los directores mencionados fue Alfredo Gurrola, de quien García Tsao consideró que merece ser revalorado, pues logró hacer un cine creativo dentro del estancado sistema industrial.
En la sesión de preguntas y respuestas, se ampliaron algunas opiniones sobre la importancia de rescatar y preservar todo el cine, pues al margen de su calidad técnica y artística, representan documentos que tienen un valor histórico, sociológico y antropológico. En ese sentido, las sexy comedias o las películas de narcotraficantes, poseen diferentes referencias y características que las convierten en objetos dignos de análisis y estudio. Al respecto, se habló de la dificultad de localizar varios títulos, pues si bien la mayoría están preservados en la Cineteca o la Filmoteca de la UNAm, algunos otro sólo se pudieron conseguir en la piratería y hubo un grupo que no fue posible localizar ninguna copia en ningún formato. Esta situación permitió hablar de la urgencia de establecer políticas de documentación y preservación de la actual producción nacional que ha crecido exponencialmente gracias al formato digital y que esto representa nuevos desafíos en esas materias.
Próximamente se celebrarán otras presentaciones de la Memoria fílmica 1983-1984, en la Cineteca Nacional y otros foros de los que daremos cuenta en su oportunidad. Asimismo, se prevé que pronto se presenten el resto de los volúmenes hasta 1989